Definición del puesto. El primer paso para llevar a cabo un proceso
exitoso es analizar el cargo para el que se buscan postulantes. Definir
las necesidades del puesto es determinante para saber qué se requiere y
qué debe descartarse en un candidato. Aquí se evalúan aspectos como
experiencia, profesión, dominio de idiomas, así como otras capacidades
tales como trabajar bajo presión, trabajo en equipo, saber liderar
grupos, entre otras.
Pre selección. A partir de las características
mencionadas ya se tendrá un primer filtro para deducir cuáles son los
candidatos idóneos para el puesto a cubrir, de esta forma el siguiente
paso es elegir una cantidad determinada de currícula que cumpla con las
características necesarias. Luego de revisarlos más de una vez, una
buena alternativa es asignarles cierto puntaje para comenzar a
entrevistar a quienes nos parezcan más idóneos.
Preparar la entrevista. Lo principal en este paso es
preparar las preguntas de tal forma que el momento de la entrevista sea
bien aprovechado y que las respuestas te permitan recabar la
información suficiente para tomar una buena decisión de contratación.
El momento determinante. Toda entrevista deberá
tener segmentos que la definan para asegurar su éxito. La primera parte
puede ser utilizada para darle confianza y tranquilidad al candidato, de
tal forma que conteste con la mayor honestidad posible, además de
mostrar sus capacidades y conocimientos. Preguntas como:cuéntame de ti, o
qué hacías en tu último trabajo, pueden ser llevadas a cabo en esta
etapa.
Elección de candidatos. Si luego de la primera
entrevista no es posible definir sólo a un candidato, es recomendable
seleccionar a 2 ó 3 finalistas para llamarlos a una segunda ronda de
preguntas y definir aquello que no se cerró en la primera instancia. Es
importante que en esta etapa puedan estar presentes no sólo el
entrevistador inicial sino que los relacionados directamente con el
cargo, como por ejemplo, el jefe de área o el directo.
Imparcialidad. También es relevante que el
seleccionador no cometa errores en el proceso, por ello deben evitarse
todas las subjetividades que podrían influir en éste. Por ejemplo, los
prejuicios, las afinidades físicas, los juicios de valor, malas
experiencias previas u otras apreciaciones personales.
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