viernes, 13 de agosto de 2010

LA PÁGINA

Una página no es una hoja. La primera pertenece al universo gráfico, la segunda al universo del papel. Línea a línea el tipógrafo compuso la página. Veamos su proceso final
La página en paquete, tal como ella viene de ser construida, necesita ser corregida. La composición a mano se hace a veces con una cadencia apresurada, por lo que el tipógrafo no puede evitar las faltas o los errores. El operario va pues a efectuar una prueba de galera, para esto entinta su paquete con un pequeño rodillo de pasta, humedece una hoja de papel con una esponja, coloca la hoja sobre el paquete, la cara húmeda hacia abajo y pasa una brocha chata o de lo contrario, sirviéndose de un taco de madera revestido de cuero y cubierto de un trozo de fieltro, sobre el cual se dan pequeños golpes con un martillo. Con más frecuencia se emplean pequeñas prensas especiales dotadas de un rodillo de goma o plástico. Para los mismos efectos se pueden utilizar las prensas calcográficas convenientemente acondicionadas.
Las correcciones hechas demandan una nueva lectura y tal vez muchas más. Las pruebas son enviadas entonces al autor para que el mismo haga las correcciones o cambios pertinentes.
Estas pruebas son llamadas pruebas de galera, para diferenciarlas de las pruebas definitivas.
Algunas precisiones sobre la construcción de la página son aquí necesarias. En un formato dado de papel, la superficie impresa puede variar de ancho o de largo y sus medidas, estando fijadas, pueden variar en la página dando lugar a márgenes diferentes.
El ancho de la superficie impresa, también denominado el ancho de las líneas compuestas, lleva el nombre de justificación.
En nuestro ejemplo, la justificación es de 14 ciceros. La altura de esta superficie lleva el nombre de altura de la página; se la puede calcular, a priori, tomando en cuenta el número de líneas, la fuerza del cuerpo y del interlineado. En nuestro ejemplo, la altura de la página es de 39 ciceros.
El folio (número de la página) y el título, cuando lo llevan, se comprenden o no dentro de la altura de la página; es suficiente con indicarlo.
Los cuatro márgenes no tienen, desde el punto de vista tipográfico, la misma importancia. El emplazamiento preciso de la superficie impresa en la página se ajusta, para evitar toda confusión, al formato del papel. Se determina por el margen de cabeza (en nuestro caso 8 ciceros) y por el margen de pequeño fondo (en nuestro ejemplo 9 ciceros); en una página abierta, los dos márgenes de fondo se juntan. El margen de gran fondo y el margen de pie, no tienen el mismo rigor, en razón de las ligeras diferencias de tamaño de las hojas de un mismo formato, sobre todo en los papeles hechos a mano y no desbarbados.
Constituye todo un arte el determinar los diferentes elementos de una página: cuerpo a emplear, interlineado, justificación, altura de la misma y los márgenes, los cuales son frecuentemente función los unos de los otros, sin que pueda darse al respecto ninguna regla precisa. Todo es cuestión de gusto y de sentido tipográfico y tal vez de soluciones no convencionales y en ruptura con las ideas recibidas, que se revelan en hechos interesantes.
El trabajo del compaginador tiene por guía solamente simples indicaciones; tal vez una maqueta con ayuda de pruebas de galera recortadas y pegadas, luego colocar los títulos, calcular los blancos necesarios, intercalar los grabados en madera o clisés que acompañarán la página y nuevamente.

Fuente:
http://papelera.eurofull.com/shop/detallenot.asp?notid=92

jueves, 12 de agosto de 2010

LIDERAZGO, MOTIVACION

La motivación es un proceso interno y propio de cada persona, que consiste en la ejecución de conductas hacia un propósito que el individuo considera necesario y deseable. Es un proceso producido por el resultado de una evaluación que el individuo realiza de una situación determinada. El sujeto evalúa su entorno y toma la decisión de movilizarse para lograr tal o cual cosa, siempre que eso traiga una recompensa asociada (o evite un estimulo aversivo). Veamos un ejemplo: un sujeto toma la decisión de no aceptar un nuevo trabajo, aunque el sueldo es mucho mayor, pero las condiciones de vida menores a las actuales.
En algunas empresas, el único agente “motivador” siguen siendo los bonos o incentivos monetarios. Se hace una oferta a los trabajadores de que si logran tal o cual meta, entonces recibirán tal beneficio pecuniario. Este “motivador” es altamente efectivo en el corto plazo, aún que en el largo plazo puede ser tan destructivo como la droga, ya que el trabajador genera tolerancia a los bonos, por lo que cada vez va a necesitar de mas y mas dinero para realizar el trabajo que originalmente se contrató por un sueldo determinado, lo que se traduce en una mala práctica empresarial, altos costos y problemas a futuro.
Lo anterior no considera los aspectos ya nombrados (expectativas, aspiraciones, deseos, necesidades, otros) con las respectivas consecuencias. Motivar a los trabajadores considera acciones más efectivas y muchas veces menos costosas, como un correcto plan de promoción y ascenso, concurso de pasantías, reconocimientos sociales, participación en comités especiales, consideración como parte de algún panel de expertos o simplemente el reconocimiento del gerente del área (especialmente para trabajadores sin personal a cargo). Estas son algunas de las muchas acciones que se pueden implementar, con costos mucho más bajos que los repetidos bonos, de manera única o complementaria a dineros extras.
Que los trabajadores estén motivados a trabajar en un ambiente limpio y seguro es uno de los desafíos de los líderes de una organización. No basta tener los procedimientos en libros con letra dorada, sino lo que importa es hacer de esos procedimientos un estilo de vida en los trabajadores. La seguridad debe traducirse en prácticas y hábitos, debe ser incluso un valor en cada persona, pero ¿Cómo lograr esto?
Esto se logra principalmente con dos acciones:

1) Contar con un reglamento explicito y una política clara acerca de las prácticas deseadas en seguridad con sus correspondientes estándares e indicadores con los que medir el desempeño de los trabajadores.
2) Un sistema de reforzamiento de las conductas positivas y proactivas a la seguridad, hecha por el líder a través de la retroalimentación constructiva. Así, generamos un marco normativo, las reglas del juego, junto a un sistema de reforzamiento de conductas, que desde una mirada funcional, permite que los trabajadores ajusten sus conductas al estándar deseado en seguridad.

Recordemos que la motivación del trabajador es beneficiosa tanto para la empresa como para él mismo. Para la empresa, porque va a determinar el esfuerzo final del sujeto en la consecución de metas, la calidad de sus productos o servicios y la satisfacción de sus clientes, y para él mismo, ya que previniendo accidentes uno disminuye la probabilidad de que en su ocurrencia las consecuencias sean mayores que de no haber tomado las precauciones necesarias en trabajos de alto riesgo, como el de altura, con explosivos o material corrosivo, por ejemplo.
Para el líder la motivación del personal también es un determinante de la autonomía de trabajo del sujeto, o como llamamos técnicamente, de la madurez laboral, ya que cada trabajador debe ser capaz de trabajar con calidad y seguridad aún cuando no cuenta con la supervisión directa de su jefatura. Si logramos esto, entonces los esfuerzos de “supervisar” serían menores y dedicaríamos ese tiempo a otras tareas.
Existen al menos 3 aspectos de la motivación que los supervisores y jefaturas (líderes) deben conocer y manejar:


1. La eventual retribución que los trabajadores reciben por un mejor rendimiento (salario, ascenso, promociones, otros): ello implica que el trabajador debe creer que es competente para realizar una tarea, que los esfuerzos adicionales no serán demasiados y que estos esfuerzos se traducirán en resultados que serán valorados por su jefatura o grupo.


2)El grado en que los trabajadores perciben la aceptación del grupo y la estabilidad que el trabajo les asegura.


3) La administración eficaz de la relación entre el supervisor y subordinado. Existe una complicidad funcional entre supervisor y trabajadores, en cuanto se relacionan para generar resultados dentro del esquema de organización. Mientras más extensa sea esta distancia, la relación se “enfría” a tal grado que no existe en el supervisor una política de “cumple o se va”, dado que ve el recurso y no la persona. Al mismo tiempo, el trabajador no valida a su superior, se ve muchas veces abusado por la autoridad y podría tender, en el peor de los casos a generar conductas tendientes a causar problemas de manera activa (destrozos, pérdidas, accidentes) o pasiva (omisiones, comunicación incompleta o errónea, rumores entre otros). Una relación muy estrecha diluye la autoridad del supervisor e impide que este último ejerza su poder, dado el “compadrazgo” y la “amistad” entre ambos. La distancia prudente entre supervisor y trabajador es aquella que favorece la convivencia, dentro de roles definidos y sin perder el norte de la producción, seguridad y calidad en todo momento.

fuente: http://www.paritarios.cl/especial_liderazgo_motivacion.htm

miércoles, 11 de agosto de 2010

CÓMO EVITAR PERDER LA IMAGEN DE TU EMPRESA

Muchas veces nos dicen que cuando visitemos a un cliente
hemos de cuidar nuestra imagen: traje, camisa, corbata, la justa medida de maquillaje y de perfume… nos aconsejan cómo debemos dar la mano ni con demasiada fuerza ni sin ella, cómo debemos sentarnos y mirar a nuestro interlocutor, qué actitud debemos adoptar…

Pero cuando la imagen que vamos a dar ante nuestros futuros clientes no se trata de nuestro aspecto sino que consiste únicamente en un texto escrito, estamos desnudos, y a menudo olvidamos que seguimos debiendo ofrecer una imagen de corrección y profesionalidad.

Desprovistos de nuestra imagen física, tenemos que construirnos a nosotros mismos a través de las palabras, terreno resbaladizo donde reina la incertidumbre, puesto que es difícil saber cuál será la interpretación de los lectores. Y, por otra parte, el texto no dice solamente cómo somos, sino también cómo trabajaremos.

Por eso mismo debemos cuidar nuestra imagen aún más en la redacción, pues una sola palabra que resulte inoportuna puede presentarnos ignorantes o impertinentes, y un error ortográfico o una sintaxis desangelada habla de nuestra forma de hacer las cosas, que el cliente puede extrapolar y de este modo pensar «Si es así de descuidado en esto, ¿cómo será en el desempeño de otras tareas?».

Nuestra imagen es lo que hacemos y lo que decimos, pero aún más lo que escribimos, pues ahí no hay nada que nos ayude más que las palabras, tan rebeldes, tan polifacéticas y tan vivas. Nuestra imagen se construye en buena medida con nuestra capacidad de encontrar la palabra precisa, tan escondida a veces.
Fuente:
http://www.gestiopolis.com/canales7/mkt/herramientas-de-ventas-como-mantener-la-imagen-de-la-empresa.htm

lunes, 9 de agosto de 2010

STENCIL

El estarcido, también llamado esténcil (del inglés stencil) es una técnica artística de decoración en que una plantilla con un dibujo recortado es usada para aplicar pintura, lanzándola a través de dicho recorte, obteniéndose un dibujo con esa forma.
Manos estarcidas con una especie de aerógrafo de hueso, en la Cueva de las Manos, río Pinturas (provincia de Santa Cruz, Argentina), aproximadamente del 7350 a. C.

Los normógrafos (reglas perforadas que permiten reproducir las letras del alfabeto normalizadas) se basan en la técnica del estarcido.

Una de las formas más usuales de hacerlo es recortando la imagen deseada sobre una hoja de papel duro; el dibujo aparece como un espacio abierto con zonas sólidas alrededor. La plantilla así obtenida se sitúa sobre una nueva hoja de papel y se aplica la pintura sobre toda la superficie. Las zonas de pintura que llegan a la hoja inferior quedan limitadas a la forma de los huecos de la plantilla, creando así la imagen deseada.

Si bien el proceso de estarcido se utilizaba ya en la antigua Roma, alcanzó el mayor grado de popularidad en Estados Unidos durante los años sesenta, cuando muchos artistas utilizaban como medio de expresión los colores puros y las imágenes de contornos marcados.

El estarcido más antiguo que se conoce se encuentra en la cueva de las manos (situada en la Patagonia chilena y argentina) . El estarcido se ha venido usando desde la antigüedad para duplicar los diseños decorativos en paredes, techos y tejidos. Era muy corriente en China y Japón para marcar los embalajes con sellos y caligrafía. Este sistema se ha empleado también para colorear grabado a fibra, grabado al aguafuerte o grabados, utilizando diferentes plantillas para los distintos colores.

Otros trabajos de esta técnica se han visto últimamente en países como México, Brasil, EE. UU., España entre otros países en donde se practica el street art.
Los artistas más destacados son Banksy, Shepard Fairey, Blek le Rat.